martes, 19 de agosto de 2014

Clasificación de los vinos


CLASIFICACIÓN DE LOS VINOS



El vino  “alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva”. España es el primer país con mayor extensión de viñedo del mundo  y el tercer productor de vino, con una superficie cultivada de 1.140.000 hectáreas. Es importante destacar que un tercio de esa producción corresponde a vinos de calidad.
Son muchos los tipos de vinos que existen, cada uno de ellos con sus propias características y particularidades. A la hora de clasificarlos podemos encontrarnos con varias formas de hacerlo:
§  Variedad de uva: Monovarietales o Multivarietales.
§  Contenido de anhídrido carbónico: Tranquilos o Espumosos.
§  Contenido en azucares: Secos, Semisecos, Abocados, Semidulces y Dulces.


Nos centraremos en las tres clasificaciones que creemos más prácticas y generales:
1.- Clasificación General: es la más usada y la más importante. Clasifica a los vinos según su forma de elaboración, abarcando todos los tipos posibles.
2.- Clasificación por Edad: basada en diferenciar los vinos por sus periodos de reposo en bodega antes de salir al mercado.
3.- Clasificación por Dulzor: el contenido en azúcares del vino determina su encuadramiento. Es usual en vinos generosos y espumosos.

1.- Clasificación General:
a) Vinos tranquilos:

Su contenido alcohólico oscila entre un mínimo de 8,5º y un máximo de 14.5º. Generalmente son secos. Su proceso de elaboración guarda muchas características comunes. Por su importancia a nivel de consumo mundial de vinos, definiremos los tres tipos de vinos tranquilos:
§  BLANCO.- Es el obtenido a partir de uvas blancas. Aunque es poco frecuente, también puede ser obtenido a partir de uvas tintas de pulpa no coloreada a las que se les separa el hollejo (piel de la uva, parte externa, cubierta).
§  TINTO.- Es el obtenido a partir de uvas tintas a las que no se les ha separado los hollejos.
§  ROSADO.- Es el obtenido a partir de uvas tintas a las que se les ha separado parcialmente los hollejos. También puede provenir de mezcla de uvas blancas y tintas.

b) Vinos especiales:

§  GENEROSOS: Son los vinos secos, abocados o dulces producidos con variedades selectas de uvas, que, siguiendo normas tradicionales o particulares (incluyendo la adicción de alcohol vínico en determinadas fases de su elaboración y la de vinos dulces naturales), les dan características distintivas y cuya graduación alcohólica estará comprendida entre 14º y 23º, debiéndose la mayor parte de este contenido alcohólico a la fermentación del mosto inicial.
Dentro de este grupo de vinos se incluyen algunos prestigiosos vinos del mundo como por ejemplo: Porto y Madeira (Portugal), Sauternes (Francia), Tokay (Hungría), Málaga, Moriles-Montilla, Condado de Huelva y Jerez.

§  LICOROSOS GENEROSOSvinos obtenidos mediante la práctica tradicional de cabeceos o combinaciones, a partir de Vinos Generosos con Vinos Dulces Naturales o, en determinados casos, con mosto concentrado. Se trata de vinos con distintos grados de dulzor, pero siempre con un contenido en azúcares superior a 5 gramos por litro.

§  DULCES NATURALES: vinos donde la fermentación se interrumpe al encabezar los vinos (adicción de alcohol vínico al mosto fermentando para aumentar rápidamente la concentración de alcohol). Dentro de esta categoría están nuestros maravillosos vinos dulces como el Moscatel, las Mistelas o el Pedro Ximénez. También encontramos famosos vinos foráneos como los Oportos y los vinos de Madeira. De larga tradición, su calidad no desmerece en nada a la de los vinos del grupo anterior, llegando muchas a veces a superarlos, no solo en calidad sino también en el precio (Oportos Vintages, PX de algunas añadas).

§  MISTELAS: vino semifermentado de sabor dulce y de color fustes, elaborado con vino mosto macerado con alcohol vínico. El nombre de ‘mistela’ proviene del italiano dialectal mistella, derivado de cerilla , con el significado de ‘mixto’ o ‘mezcla’.
§  ESPUMOSOS NATURALESEs el procedente de uva de variedades adecuadas que contiene, como consecuencia de su especial elaboración, gas carbónico de origen endógeno, y que al ser descorchada la botella y escanciado el vino forma espuma de sensible persistencia, seguido de un desprendimiento continuo de burbujas.
El gas carbónico habrá de proceder de una segunda fermentación de los azúcares agregados o naturales del vino, realizada en envase cerrado, y el producto terminado deberá tener una presión mínima de 4 atmósferas medidas a 20ºC.
§  GASIFICADOS: vino al que se adiciona gas carbónico de forma artificial después de su elaboración. A estos vinos también se los llama “frizantes”.
§  DE AGUJAvinos que por su origen varietal o por su particular elaboración conservan una pequeña cantidad de anhídrido carbónico procedente de la fermentación de azúcares propios o añadidos. Al ser abierta la botella este gas carbónico se desprende en forma de burbujas sin que lleguen a producir espuma. Existen dos categorías: el vino de aguja natural, y por fermentación natural. La presión del gas que contienen, medida a 20ºC, es inferior a tres atmósferas.
§  ENVERADOS: vino producido a partir de uvas que no maduraron por completo a causa de las condiciones climáticas. Esto sucede con algunos chacolí y también con algunos ribeiros. Suelen tener graduaciones alcohólicas entre 7 y 9º.
§  CHACOLÍS: vino blanco de elevada acidez producido a partir de uvas verdes.

§  DERIVADOS VÍNICOS: vinos aromatizados, vermuts, aperitivos vínicos.
Suelen ser dulces o semidulces, hay pocos secos, y frecuentemente con un elevado contenido             alcohólico, que en muchos casos es de adición. Su proceso de elaboración suele ser muy diferente de unos tipos a otros.
2.- Clasificación por edad:
a) Vinos Jóvenes:

Son los que no han tenido ningún tipo de crianza en madera o esta crianza ha sido mínima. Son vinos que conservan mucho las características varietales de las uvas de las que proceden y de consumo ideal en los 12-24 meses después de la vendimia. Es frecuente encontrar a los tres tipos (blanco, rosado y tinto) como vinos jóvenes.
b) Vinos de Crianza:

Han pasado un mínimo de crianza entre madera y botella. Son vinos que desarrollan, además de las características varietales de las que proceden, otras características organolépticas debidas a este periodo de envejecimiento.
Su consumo ideal varía dependiendo de varios factores, pero por lo general es de más o bastante más largo plazo que los vinos jóvenes (normalmente entre 3 y 10 años, aunque algunos aguantan hasta 20). Los vinos de crianza, en su mayoría, son tintos aunque también hay muchos blancos y es raro encontrar rosados.
Dentro de los vinos de crianza, según la reglamentación de las denominaciones de origen españolas, hay tres subtipos:
CRIANZA, RESERVA, y GRAN RESERVA. Cada Consejo regulador de las diferentes denominaciones de origen (D.O.) establece unos periodos de tiempo determinados para cada categoría. Los periodos aproximados de la crianza se mueven en estos márgenes:



§  CRIANZA.- Mínimo de seis meses en madera y hasta dos años en botella. Crianza será tanto el vino que tiene un año en madera y otro en botella como el que tiene 18 meses en madera y 6 en botella.
§  RESERVA.- Mínimo de un año en madera y hasta tres años en botella.
§  GRAN RESERVA.- Mínimo de dos años en madera y hasta cinco en botella.



Requerimientos y elementos para una cava Restaurantera

REQUERIMIENTOS Y ELEMENTOS PARA UNA CAVA EN RESTAURANTES



Cava es el nombre que recibe el lugar destinado a guardar, en las condiciones idóneas, las botellas de los diferentes tipos de vinos que hay:

Tranquilos o naturales, como los vinos blancos, rosados y tintos.
Espumosos, como el Champagne.
Aromáticos, como el Vermuth
Generosos o Fortificados, como el Madeira, el Oporto y el Jerez. 



Conservación: Es conveniente que existan algunos anaqueles en donde ordenar los vinos en función de las características de éstos. Y en este lugar debe ser posible el control de las condiciones del ambiente.

Envejecimiento: Debe existir la estantería necesaria, en cantidad y calidad, que permita contener las botellas durante largos períodos, facilitando un control estricto de los vinos. 

El tamaño de la cava dependerá en gran medida de la cantidad de botellas que desee almacenar el propietario. Nunca hay que perder de vista que, sea cual sea la calidad de un vino, su evolución en la cava dependerá en gran parte de las correctas características del local. En este sentido todo debe encaminarse para que el ambiente que rodee las botellas sea lo más constante y lo menos agresivo posible. Este ambiente viene definido por cinco variables: iluminación, humedad, temperatura, ventilación y vibraciones. 

La cava debe ser un recinto sólido, de muros aislantes, preferiblemente de obra, a ser posible con cimientos propios directamente excavados en el suelo. Sus dimensiones deben permitir almacenar la cantidad razonable de botellas, según las necesidades a las que esté destinada, de manera que una vez que contenga el número de botellas habitual, el espacio que quede libre sea aproximadamente igual al volumen ocupado por las botellas de vino. Ello permite moverse en su interior con soltura, a la vez que facilita una correcta circulación de aire, sin dispersiones ni hacinamientos. Los grandes espacios dificultan el control y la estabilidad de las condiciones de la cava. Los espacios reducidos propician, por el contrario, el desorden y los ambientes saturados.

El suelo debe facilitar la transpiración y absorber las vibraciones, para lo que resultan convenientes la tierra batida, la arena y la grava, e incluso las baldosas de materiales naturales y porosos En ningún caso deben usarse suelos de cemento y paredes de materiales cerámicos y aislantes. 


Ubicación: Es preferible que se encuentre en un lugar poco frecuentado, y que sus paredes no den al exterior. Si tiene muros exteriores, su orientación deberá evitar al máximo la insolación, es decir, las superficies y aberturas en dirección sur.

Temperatura: Es un factor esencial para la adecuada conservación y evolución del vino, procurar una temperatura constante en el interior, independientemente de la época del año, y con poca oscilación. Un rango de 12 a 15 ºC es lo correcto. Temperaturas más bajas impiden la evolución de los vinos; más altas provocan reacciones indeseables y los estropean.

Hay que evitar la cercanía de fuentes de calor, especialmente calderas de calefacción. Para estabilizar la temperatura en el interior de la cava es aconsejable aislar térmicamente sus paredes. El control de la temperatura se obtiene instalando un sistema de climatización.

Humedad: La humedad relativa debe mantenerse en el interior de la cava, alrededor del 70-75 %. Un ambiente excesivamente seco promueve la evaporación y reseca los corchos propiciando la fuga de vino. Los excesos de humedad dañan la estética de las botellas, ya que se despegan y se destruyen las etiquetas y se favorece la proliferación de microorganismos (hongos) que pueden afectar al vino. Para mantener la humedad dentro de los límites deseados pueden colocarse recipientes con agua o regar el suelo.

Ventilación: Es conveniente una moderada aireación, evitando las corrientes y los intercambios bruscos, así como la entrada de humos y malos olores.

Iluminación: Si la cava tiene aberturas al exterior, se debe evitar que la luz del sol acceda directamente al interior. En cualquier caso, se evitará la existencia de focos (naturales o artificiales) de luz intensa y de gran potencia. Las radiaciones afectan la evolución del vino. Son ideales los focos de luz dispersa, de poca potencia y de intensidad fría. Sin embargo, y dada la amplia gama que ofrecen actualmente las técnicas de iluminación, una cava correctamente iluminada ya no es sinónimo de bodega en penumbra.

Vibraciones. Los equilibrios físico - químicos y biológicos del vino se ven alterados por los movimientos bruscos y las vibraciones.
La cava debe estar situada en un lugar alejado de cualquier foco de vibración. Para mayor seguridad y para evitar movimientos ocasionales, es conveniente montar las estanterías sobre bases de caucho.

Hay que tener presente en este punto que los sistemas frigoríficos (neveras, congeladores, armarios climatizados) no sólo son fuertes de vibraciones, sino que son importantes focos caloríficos, por lo que no es aconsejable situarlos en la cava.

Estanterías y botelleros. Es conveniente que las superficies donde reposen las botellas estén dispuestas de manera que no sea necesario mover las botellas para poder identificarlas. Un sistema de estantes superpuestos verticalmente y con una distancia suficiente entre ellos permite optimizar el espacio y contemplar de un solo vistazo una gran cantidad de las botellas de vino almacenado. 

Las superficies donde reposen las botellas deberán ser planas o ligeramente acanaladas para evitar que rueden; hay que rechazar formas barrocas que sacrifican, en pro de una dudosa estética, una buena visión de las botellas y facilitan la acumulación de polvo a la vez que crean zonas mal ventiladas.

Las estructuras que sostengan los estantes deberán ser lo más sólidas posible, para evitar movimientos, y de estructura simple, se recomiendan estructuras perforadas a base de madera tratada o, mejor aún, de obra de mampostería.

Si la cava está expuesta a vibraciones exteriores, es conveniente que las estanterías reposen sobre un suelo que pueda absorberlas, ya sea un suelo arenoso o una superficie de caucho. No son recomendables las estructuras de hierro, cuyo óxido puede manchar las etiquetas y llegar a penetrar en el cristal de las botellas.

Para cavas de pequeña capacidad, pueden utilizarse los perfiles paralelos modulables que permiten sostener las botellas en la posición adecuada, siempre y cuando sean de constitución robusta, no se apilen más de tres o cuatro pisos y se deje suficiente distancia entre cada línea para poder identificar las botellas sin tener que moverlas.



viernes, 15 de agosto de 2014

Proceso de fermentación del vino


Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
Indira Lily Reséndiz Miranda
7 "3"
Materia: Enologia y Vitivinicultura


martes, 12 de agosto de 2014

Uso y abuso del alcohol



Alcoholismo
El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central que inhibe los centros cerebrales del autocontrol. No es una droga estimulante, como se cree. La euforia inicial que provoca es debida precisamente al efecto de inhibir dichos centros responsables del autocontrol.
El alcohol es la droga más aceptada socialmente y la más usada, y también la que más problemas sociales y sanitarios causa.
El componente principal de las bebidas alcohólicas es el alcohol etílico o etanol. Las bebidas tienen diferente concentración de etanol en función de su elaboración. Según esta elaboración tenemos bebidas alcohólicas fermentadas (cerveza, vino) o bebidas alcohólicas destiladas (vodka, whisky, ginebra, etc.)
Según la cantidad de etanol que tengan, las bebidas alcohólicas tienen una diferente graduación, siendo más elevada en bebidas destiladas en las que puede llegar a 40º y 50º.
Consecuencias en la salud

El consumo de alcohol / alcoholismo afecta de forma negativa a todo el organismo del bebedor, incluso puede dañar al feto en casos de embarazo y consumo de alcohol.
Los efectos del alcohol y del alcoholismo en el organismo dependen varios factores como el peso, edad, sexo, velocidad en su ingesta, etc., y a pesar de la euforia y desinhibición iniciales, afectan negativamente a los músculos, al sistema nervioso, estómago, sistema cardiovascular, hígado, páncreas, intestino o genitales, provocando enfermedades como la miopatía, polineuropatía, neuritis, encefalopatía, psicosis, gastritis, vómitos, hipertensión arterial, arterioesclerosis, hepatitis, cirrosis, pancreatitis, deficiencias nutricionales, impotencia, atrofia testicular, etc.
El alcoholismo es una enfermedad caracterizada por el fuerte deseo de consumir alcohol y su abuso continuado a pesar de las consecuencias negativas para el organismo antes mencionado y el deterioro de la salud, de las relaciones personales o de la capacidad de ejercer una profesión de forma adecuada.
Problemas sociales





Al tratar durante tantos años el alcoholismo y a pacientes con adicción al alcohol, la experiencia nos ha hecho ver que hay muchas causas que llevan a la persona a caer en la adicción al alcohol, relacionadas con situaciones personales y psicológicas del individuo.
Una de las causas de la adicción al alcohol pueden ser factores internos de la persona, como miedos personales, traumas, situaciones de estrés prolongadas, bajo nivel de autoestima o situaciones personales similares que provocan que la persona busque en el alcohol una forma de evadirse de estas realidades y caiga en el alcoholismo.
El estilo de vida y el entorno que rodea a la persona puede ser otra causa del alcoholismo. Si la persona lleva unos hábitos y rutinas poco saludables y poco beneficiosas en su vida que le incitan a beber, es fácil que caiga en el alcoholismo.
La falta de habilidad para socializarse y encontrarse a gusto con el entorno y el mundo que le rodea, y la falta de habilidades sociales para desenvolverse en el trato diario con los demás también puede provocar la búsqueda de dichas habilidades a través del alcohol. Este es una causa común del abuso del alcohol y del alcoholismo.
Otro motivo por el que la persona puede verse con una adicción al alcohol y un grave problema de alcoholismo es una mala situación familiar. Situaciones de violencia dentro de la familia, o una mala situación sentimental con la pareja llevan a la persona al consumo de alcohol y al alcoholismo, en vez de afrontar las situaciones.

Los problemas de salud provocados por el consumo de alcohol o por el estilo de vida asociado hacen que la persona tenga que cambiar sus hábitos y conductas para superar las enfermedades asociadas, pero no querer afrontar estos problemas puede provocar que precisamente se "refugie" en el consumo de alcohol para no tener que hacer frente a su realidad en materia de salud.
México, décimo lugar en consumo de alcohol en AL: OMS
El consumo de alcohol en México es de 7.2 litros per cápita; Chile ocupa el primer lugar con 13.9 litros; América Latina, segunda región con mayor consumo, asegura la OMS

América Latina es la segunda región en el mundo con mayor consumo per cápita de alcohol, y Chile es el país donde se dan los índices de ingesta más elevados, según un informe publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) .
El estudio recoge las estimaciones sobre porcentajes de consumo de alcohol en el mundo basados en las estadísticas proporcionadas por los propios países.
En el mundo se consumen anualmente 6,2 litros de alcohol puro per cápita, especificó en rueda de prensa Shakhar Saxena, director del departamento de salud mental y abuso de substancias de la OMS.
La OMS habla de alcohol "puro" para poder comparar entre países dado que, por ejemplo, en algunas naciones la ingestión de cerveza será muy elevada pero, al tener este producto menos alcohol puro que el whisky, puede quedar en el ranking mundial por detrás de otro donde haya menos cantidad de litros consumidos pero éstos sean de vino.
Divido por sexos, el alcohol fue la causa del 7,6 por ciento de las muertes de hombres en 2012 y del 4 por ciento de los fallecimientos de mujeres.
El texto indica que el consumo excesivo de alcohol no sólo lleva a una nociva dependencia, y a un aumento de la violencia y por ende de la posibilidad de herir y herirse, sino que está relacionado con el riesgo de desarrollar más de 200 enfermedades, incluidas la cirrosis y algunos tipos de cáncer.
Además, el informe destaca que el consumo excesivo de alcohol hace que las personas que abusan sean más susceptibles de desarrollar enfermedades infecciosas como la tuberculosis y la neumonía.
Según los datos con los que cuenta la OMS, Europa es la región del mundo donde hay un mayor consumo de alcohol per cápita -10,9 litros de alcohol puro anuales- y especialmente Europa del Este, que tiene los índices más altos del mundo.
La segunda región donde el consumo de alcohol es más elevado es Latinoamérica, con 8,4 litros de alcohol puro per cápita por año, de los que 7,2 litros son efectivamente comprobados y 1,2 litros son calculados.
El resto de regiones registran consumos de 6,8 litros per cápita en el Pacifico Occidental; 6 litros en África; 3,4 en el Sudeste Asiático; y 0,7 en el Mediterráneo Oriental.
El ranking en América Latina lo lidera Chile, donde existe un consumo anual per cápita de 9,6 litros de alcohol puro.
Si se divide por sexos, el informe revela que los chilenos consumen 13,9 litros anualmente y las chilenas 5,5 litros.
El segundo en la lista es Argentina, con un total de 9,3 litros per cápita por año. Las argentinas consumen 5,2 litros y los argentinos 13,6 litros.
La tercera posición la ocupa Venezuela, con 8,9 litros de alcohol puro per cápita, que se divide en 12,7 consumidos por los venezolanos y 5,2 por las venezolanas.
Los siguientes en la lista son, por orden jerárquico: Paraguay (8,8 litros) ; Brasil (8,7) ; Perú (8,1) ; Panamá (8) ; Uruguay (7,6) ; Ecuador (7,2) ; México (7,2) ; República Dominicana (6,9) ; Colombia (6,2) ; Bolivia (5,9) ; Costa Rica (5,4) ; Cuba (5,2) ; Nicaragua (5) ; Honduras (4) ; Guatemala (3,8) ; El Salvador (3,2) :
Con respecto al tipo de alcohol consumido, en América Latina, lo que más se ingiere es cerveza (53 %) ; seguida de un 32,6 % de licores (vodka, whisky) , y un 11,7 por ciento de vino.
Por su parte, los españoles, de media, consumen 11,2 litros de alcohol puro al año, dividido entre 15,9 para los varones y 6,7 para las mujeres.
Uno de los aspectos que más preocupa a la OMS es el consumo excesivo de alcohol en situaciones concretas sobre todo por parte de jóvenes, que es el más nocivo para la salud.
Entre las recomendaciones se señala a los Estados que hagan especial hincapié en la prevención de este tipo de comportamiento perjudicial.
Dicho esto, Saxena dejó claro que la OMS no recomienda límites explícitos de consumo óptimo, peligroso o nocivo para la salud, sino que se limita a recordar los aspectos perjudiciales de una ingesta no responsable.

viernes, 8 de agosto de 2014

HISTORIA DEL VINO


Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
Instituto de Ciencias Económico Administrativas
Licenciatura en Turismo
Alumna: Indira Lily Reséndiz Miranda
Materia: Enología y Vitivinicultura




Historia del Vino
La uva, un comienzo
La uva es un fruto con una tendencia natural a fermentar, por lo que probablemente, el vino fue la primera bebida alcohólica que conoció la humanidad. El descubrimiento el vino pudo producirse por casualidad, cuando alguien dejó olvidadas unas uvas en algún recipiente, éstas fermentaron y luego alguien probó el caldo resultante. Además, la vid presenta una gran facilidad de adaptación, factor que sin duda ayudó en su expansión.

La Vid Vitis Vinífera
El origen del vino se encuentra en la vitis vinífera, de la que se dividieron 3 tipos: las sultanas (sin semillas), las corintias (también sin semillas) y la vitis occidentalis, antecesor de las uvas que conocemos hoy para elaborar vino.



El Caucaso y Egipto
Se tienen pruebas arqueológicas de que el ser humano cunado todavía era nómada, se producía vino en la zona del Caucaso. Quizá no vino tal y como lo conocemos ahora, pero las uvas crecían de manera silvestre, las recolectaban y las exprimían para obtener su jugo. Pero no es hasta que los
humanos se hacen sedentarios, hasta cuando se comienza a cultivar la uva.

Con el avance de la edad de bronce, el vino y el cultivo de la uva se va extendiendo desde Europa Occidental, hasta llegar a la India, Persia e incluso China. Las rutas comerciales establecidas con estos países, ayudaron a la expansión del vino y el cultivo de la uva.  
Las evidencias de la existencia del vino en España datan del año 3.000 a.C. antes de que los Fenicios entraran a la Península.
En el Antiguo Egipto se conocen pinturas del año 3.000 a.C. donde de representa como se machacaba la uva.
En esta civilización, la cerveza tenía gran aceptación popular, pero el vino fue comiendo terreno. En principio el vino sólo era para la clase socila alta, nobleza e iglesia, pero en los festivales, el pueblo llano también disfrutaba de esta bebida. Ya en esta época se relaciona el vino con los dioses, atribuyendose su invención al dios Osiris, el dios de la agricultura.

La fermentación del mosto se hacía en grandes vasijas y ánforas de barro, con apertura superior. Cuando se llenaban se cerraban con tapas de barro. En estos recipientes el vino podía conservarse durante años. Estas ánforas, en ocasiones, se depositaban como parte de los alimentos funerarios, que el muerto se llevaría a la otra vida. Estas vasijas, estaban marcadas con el año de la elaboración del vino, o el nombre del viñedo, pudiendo así demostrar que algunas de las ánforas tenían más de 200 años cuando eran depositadas en las piramides. Esto hace pensar que ya los Egipcios se preocupaban por la calidad del vino, siendo los vinos añejos de mayor calidad. Se han encontrado ánforas, en tumbas de faraones conocidos, como Tutankamon, aunque la más antigua que se conoce es del año 3.100 a.C.




Grecia y el Imperio Romano
Desde Egipto y Fenicia, el vino llega a Grecia, y sobre los años 700 a.C. se establece como una de las bebidas más populares. Los griegos también asignan representación entre los dioses al vino, siendo Dioniso el dios del vino. También heredaron de los egipcios la forma de conservar el vino en ánforas.



La civilización griega es la encargada también de extender el cultivo de la vid por todo el mediterráneo, llegando incluso hasta la península Ibérica, con ayuda de los fenicios.
Los vinos griegos eran vinos muy densos, por eso se extendió la costumbre de mezclarlo con agua, sólo se bebía puro en celebraciones religiosas. Aunque esta no era la única mezcla que hacían, sino que inventaron otras mezclas con vino, la mezcla más popular fue ptisane, en la que cocían el vino mezclado con granos de cebada y hierbas aromáticas.
El consumo de vino a diario se daba sobre todo entre las clases altas, las clases bajas reservaban el vino para ocasiones especiales y celebraciones.
En el año 200 a.C. el vino llega al Imperio Romano. Los romanos no sólo se dedicaron a cultivar la vid y beber uva, sino que dejaron su sello en el proceso de cultivo y conservación. Introdujeron la técnica del injerto en las cepas.

Edad Medieval

Tras la caída del Imperio Romano, algunas ordenes religiosas fueron las encargadas de conservar la tradición de cultivo de la vid y la creación del vino, en Europa.
En esta época, se extiende el uso de los barriles de madera, dejando de lado el almacenamiento en ánforas de barro. Pero no se consigue perfeccionar la conservación del vino en estos recipientes, durando poco sin que si avinagraran. 
Aunque se intentaron técnicas para evitar la oxidación del vino, como recubrimientos de brea, empleo de resinas, etc.
Es de destacar, la creación de las primeras bodegas, por casualidad, ya que debido a los saqueos que sufrían los monasterios, se guardaba el vino en los sótanos con el resto de alimentos.
Se continua con la costumbre de mezclar el vino con agua. Pero en la cocina llega a conseguir gran importancia, creándose numerosas recetas en las que incluían el vino como ingrediente.

En la Península Ibérica, tras la reconquista, según se va recobrando el control de las tierras, se van replantando las viñas, que quedaron devastadas tras la guerra. De esta época empiezan a surgir los vinos de Ribera del Duero y la Rioja. Ya en el siglo XII comienza a cultivarse viñas en Cataluña, dando lugar a los vinos del Penedés y de Tarragona. El vino Jerez también empieza a tomar importancia. El vino gallego de la Castellae de Auriense, el actual Ribeiro, llega a adquirir gran importancia, siendo imprescindible en las mesas de monarcas y monasterios. Incluso se exportaba a otros países, llegando a ser el vino más caro que importaban las islas Británicas.
En el resto de Europa, también se comienza a cultivar viñedos en zonas muy específicas, como puede ser la región de Burdeos, en Portugal, y las Islas Canarias. Vinos que se exportarían también a las islas inglesas, y que adquirirían cierta fama.

América
Cristóbal Colón cuando en 12 de octubre de 1492 descubre América, se abren nuevas opciones para el cultivo de la vid. Aunque, según el testamento de Cristóbal Colón este llevaba vino de Ribadavia, el vino peninsular más caro de la época, por lo puede considerarse el primer vino del “Nuevo Mundo”.
Sin embargo, tuvieron que pasar más de 25 años, hasta que en 1525 Hernán Cortés, como Gobernador de México, ordenará la plantación de viñedos en tierras colonizadas, extendiéndose
 su plantación hasta el Virreinato del Perú. 
Pero la alegría duró hasta 1595 en el Nuevo Mundo, ya que por temor a que las nuevas tierras fueran auto suficientes el reino de España prohibió el cultivo de la vid sin licencia.
Los jesuitas estaban exentos de tener que pedir estas licencias por lo que las vides pudieron seguir extendiéndose haciendo llegar las primeras viñas a Argentina en 1556. En el Virreinato del Perú se llegaren a establecer tres zonas vitivinicultoras, llegando a ser tal la producción que se empleaba el sobrante para la fabricación de aguardientes, naciendo así el pisco.
La plantación de la vid en América del Norte también vino de mano de los Jesuitas, en 1697 en una misión dirigida por Juan de Ugarte se plantaron viñas para poder celebrar la Eucaristía. Estas misiones han dejado su legado llegando hasta nuestros días, como el valle de Guadalupe que hoy en día es una extensa zona de viñedos.
En 1765 Benjamin Franklin decide utilizar la obra el Almanaque del pobre Richard para promover el cultivo de uva autóctona, lo que hizo aumentar el cultivo de la uva en el Nuevo Mundo. Un amigo de Benjamin Franklin un año antes estableció que tan solo se bebiera vino cultivado en las colonias haciendo prevalecer esta regla hasta la revolución.
El tercer presidente de Estado Unidos, Thomas Jefferson intento promover el cultivo de la vida tras volver de Francia. Junto con él John Adlum en York, publica libros y hace estudios sobre las distintas variedades de vino en América, siendo considerado el padre de la viticultura americana.
Agoston Haraszthy es considerado el padre la moderna viticultura en California por sus actividades entre 1850 y 1860 y acabó fundando el Buena Vista winery. En 1842 Nicholas Longworth IV realiza el primer vino espumoso de América, tras haber plantado la variedad Catawba.
Sin embargo, Benjamin Rush demuestra que el vino produce modificaciones psicologicas y fisiológicas, por lo que deja de considerarse como parte de la vida sana beber vino, haciendo proliferar los movimientos antialcohólicos como el American Temperance Movement (ATM) o las Anti-Saloon Leagues (Ligas Antibares) acabando todo ello en la enmienda XVIII de la constitución, más conocida como la Ley Seca.


Época Moderna 
El vino Ribeiro es el vino que más famoso llega a hacerse, siendo uno de los más deseados incluso fuera de España, como en Inglaterra. En 1555 se elaboran las Ordenanzas de Ribadavia, las cuales son consideradas como el documento más antiguo de Denominación de Origen de España. Los vinos de Ribadavia y Ourense llegan a ser tan importantes que varios escritores de la época los mencionan. Este apogeo de este vino, duraría hasta el siglo XVIII, cuando los vinos de Oporto empiezan a quitar mercado a los de Ribadavia.
También son conocidos otros vinos como los de Cebreros, San Martín de Valdeilgesias y otros. En esta époco los vinos ya empiezan a ser más durareros, y no se estropeaban tan fácilmente. El Marques de Murrieta por su parte, planta los primeros viñedos en La Rioja, dando lugar así al primer vino fino de la zona.


En el siglo XVIII surge una nueva figura, que duraría hasta 1960. Esta figura es el “guardaviñas”, que se encargaba de vigilar los viñedos y de que el ganado no pastara en ellos.
En 1855 se elabora, por orden de Napoleón III, la Clasificación Oficial del Vino de Burdeos, para clasificar los vinos de la zona que iban a enseñarse a todo el mundo. Unos años más tarde, el emperador francés, pide al científico Louis Pasteur, que estudiase las razones por las que el vino de Burdeos se estropeaba tan fácil. El científico descubrió las levaduras que estaban presentes en los procesos de fermentación del vino. Fue el primero en determinar el papel del oxígeno en la elaboración del vino. Estos descubrimientos permiten que se mejoren los procesos de fermentación del vino.

Innovaciones y nuevos vinos en la Época Moderna
Continuando con la historia del vino en la Época Moderna, hemos de mencionar dos importantes innovaciones que se llevaron a cabo en esta época. Destaca la Época Moderna, por sus grandes avances en el sector del vino, tanto desde el punto de vista del cultivo, como de su elaboración. Comienzan a surgir Denominaciones de Origen, y los vinos adquieren gran calidad.

La botella de vidrio es la primera de las grandes innovaciones. Se hacen botellas más resistentes, que soportan el transporte del vino en largas distancias, gracias a la mejora de la composición del vidrio. En un comienzo estas botellas tenían forma redonda, ya que su elaboración era más sencilla, pero hacia el año 1720, se empiezan a elaborar botellas más alargadas. Además, empiezan a elaborarse vinos espumosos, por lo que es necesario que la botella sea capaz de resistir la presión del CO2, que se genera a partir de la fermentación en botella de estos vinos.

Derivado del uso de la botella, surge la segunda gran innovación, el tapón. Normalmente las botellas se tapaban con cera o yeso, hasta que alguien descubrió el corcho. De esta manera empieza a extenderse el uso de tapones de corcho, que aísla totalmente el vino del oxígeno.
Como ya hemos mencionado, en esta época, hace su aparición el vino espumoso. La resistencia de las botellas, y la aparición de los tapones de corcho, permiten la elaboración de estos vinos. De esta manera, en la región de Champaña-Ardenas, un monje elabora un vino espumoso, al que llamó Champagne.
En España, hace su aparición el cava, hacia el año 1872, en Sant Sadurní d’Anoya. Un vino espumoso elaborado con uvas blancas autóctonas del Penedés.
A partir del año 1900, los vinos españoles comienzan a ganar fama, y ganan premios en Francia. De esta forma, en 1932, se dan los primeros nombres a 19 zonas geográficas, las cuales continúan a día de hoy con el mismo nombre. Cabe destacar Ribeiro, Rioja y Jerez.


La plaga de la Filoxera
En la segunda mitad del s. XIX la plaga de la filoxera exportada de Norteamérica asoló los viñedos de Europa, creando una profunda crisis en el sector vinícola. La solución vino también del nuevo mundo, injertando la viña europea en el pie de una americana se lograba una viña resistente a la plaga, que mantenía sus propiedades originales. Hoy, prácticamente todas las viñas europeas están injertadas sobre 'pies' americanos.
Junto con las plagas, las dos guerras mundiales representaron otro obstáculo para el crecimiento de la viticultura en Europa, que ya no podía abastecer el mercado mundial como antes. El impacto de la Guerra en el vino tiene un caso evidente en el del Tokay húngaro. De ser un vino demandado para ser servido en casas reales pasó a ser olvidado en el baúl de la historia.

El Nuevo Mundo
El origen del vino en el Nuevo Mundo comenzó la mayoría de las veces de la mano de enólogos y viticultores que emigraron a otros continentes. Hoy en día, los vinos del nuevo mundo (América, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda) han mejorado su calidad, conquistado mercados internacionales y compiten con los vinos europeos de mayor reputación. Algunas de estas zonas han explotado de forma considerable el turismo alrededor del vino, con rutas que invitan al viajero.