viernes, 8 de agosto de 2014

HISTORIA DEL VINO


Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
Instituto de Ciencias Económico Administrativas
Licenciatura en Turismo
Alumna: Indira Lily Reséndiz Miranda
Materia: Enología y Vitivinicultura




Historia del Vino
La uva, un comienzo
La uva es un fruto con una tendencia natural a fermentar, por lo que probablemente, el vino fue la primera bebida alcohólica que conoció la humanidad. El descubrimiento el vino pudo producirse por casualidad, cuando alguien dejó olvidadas unas uvas en algún recipiente, éstas fermentaron y luego alguien probó el caldo resultante. Además, la vid presenta una gran facilidad de adaptación, factor que sin duda ayudó en su expansión.

La Vid Vitis Vinífera
El origen del vino se encuentra en la vitis vinífera, de la que se dividieron 3 tipos: las sultanas (sin semillas), las corintias (también sin semillas) y la vitis occidentalis, antecesor de las uvas que conocemos hoy para elaborar vino.



El Caucaso y Egipto
Se tienen pruebas arqueológicas de que el ser humano cunado todavía era nómada, se producía vino en la zona del Caucaso. Quizá no vino tal y como lo conocemos ahora, pero las uvas crecían de manera silvestre, las recolectaban y las exprimían para obtener su jugo. Pero no es hasta que los
humanos se hacen sedentarios, hasta cuando se comienza a cultivar la uva.

Con el avance de la edad de bronce, el vino y el cultivo de la uva se va extendiendo desde Europa Occidental, hasta llegar a la India, Persia e incluso China. Las rutas comerciales establecidas con estos países, ayudaron a la expansión del vino y el cultivo de la uva.  
Las evidencias de la existencia del vino en España datan del año 3.000 a.C. antes de que los Fenicios entraran a la Península.
En el Antiguo Egipto se conocen pinturas del año 3.000 a.C. donde de representa como se machacaba la uva.
En esta civilización, la cerveza tenía gran aceptación popular, pero el vino fue comiendo terreno. En principio el vino sólo era para la clase socila alta, nobleza e iglesia, pero en los festivales, el pueblo llano también disfrutaba de esta bebida. Ya en esta época se relaciona el vino con los dioses, atribuyendose su invención al dios Osiris, el dios de la agricultura.

La fermentación del mosto se hacía en grandes vasijas y ánforas de barro, con apertura superior. Cuando se llenaban se cerraban con tapas de barro. En estos recipientes el vino podía conservarse durante años. Estas ánforas, en ocasiones, se depositaban como parte de los alimentos funerarios, que el muerto se llevaría a la otra vida. Estas vasijas, estaban marcadas con el año de la elaboración del vino, o el nombre del viñedo, pudiendo así demostrar que algunas de las ánforas tenían más de 200 años cuando eran depositadas en las piramides. Esto hace pensar que ya los Egipcios se preocupaban por la calidad del vino, siendo los vinos añejos de mayor calidad. Se han encontrado ánforas, en tumbas de faraones conocidos, como Tutankamon, aunque la más antigua que se conoce es del año 3.100 a.C.




Grecia y el Imperio Romano
Desde Egipto y Fenicia, el vino llega a Grecia, y sobre los años 700 a.C. se establece como una de las bebidas más populares. Los griegos también asignan representación entre los dioses al vino, siendo Dioniso el dios del vino. También heredaron de los egipcios la forma de conservar el vino en ánforas.



La civilización griega es la encargada también de extender el cultivo de la vid por todo el mediterráneo, llegando incluso hasta la península Ibérica, con ayuda de los fenicios.
Los vinos griegos eran vinos muy densos, por eso se extendió la costumbre de mezclarlo con agua, sólo se bebía puro en celebraciones religiosas. Aunque esta no era la única mezcla que hacían, sino que inventaron otras mezclas con vino, la mezcla más popular fue ptisane, en la que cocían el vino mezclado con granos de cebada y hierbas aromáticas.
El consumo de vino a diario se daba sobre todo entre las clases altas, las clases bajas reservaban el vino para ocasiones especiales y celebraciones.
En el año 200 a.C. el vino llega al Imperio Romano. Los romanos no sólo se dedicaron a cultivar la vid y beber uva, sino que dejaron su sello en el proceso de cultivo y conservación. Introdujeron la técnica del injerto en las cepas.

Edad Medieval

Tras la caída del Imperio Romano, algunas ordenes religiosas fueron las encargadas de conservar la tradición de cultivo de la vid y la creación del vino, en Europa.
En esta época, se extiende el uso de los barriles de madera, dejando de lado el almacenamiento en ánforas de barro. Pero no se consigue perfeccionar la conservación del vino en estos recipientes, durando poco sin que si avinagraran. 
Aunque se intentaron técnicas para evitar la oxidación del vino, como recubrimientos de brea, empleo de resinas, etc.
Es de destacar, la creación de las primeras bodegas, por casualidad, ya que debido a los saqueos que sufrían los monasterios, se guardaba el vino en los sótanos con el resto de alimentos.
Se continua con la costumbre de mezclar el vino con agua. Pero en la cocina llega a conseguir gran importancia, creándose numerosas recetas en las que incluían el vino como ingrediente.

En la Península Ibérica, tras la reconquista, según se va recobrando el control de las tierras, se van replantando las viñas, que quedaron devastadas tras la guerra. De esta época empiezan a surgir los vinos de Ribera del Duero y la Rioja. Ya en el siglo XII comienza a cultivarse viñas en Cataluña, dando lugar a los vinos del Penedés y de Tarragona. El vino Jerez también empieza a tomar importancia. El vino gallego de la Castellae de Auriense, el actual Ribeiro, llega a adquirir gran importancia, siendo imprescindible en las mesas de monarcas y monasterios. Incluso se exportaba a otros países, llegando a ser el vino más caro que importaban las islas Británicas.
En el resto de Europa, también se comienza a cultivar viñedos en zonas muy específicas, como puede ser la región de Burdeos, en Portugal, y las Islas Canarias. Vinos que se exportarían también a las islas inglesas, y que adquirirían cierta fama.

América
Cristóbal Colón cuando en 12 de octubre de 1492 descubre América, se abren nuevas opciones para el cultivo de la vid. Aunque, según el testamento de Cristóbal Colón este llevaba vino de Ribadavia, el vino peninsular más caro de la época, por lo puede considerarse el primer vino del “Nuevo Mundo”.
Sin embargo, tuvieron que pasar más de 25 años, hasta que en 1525 Hernán Cortés, como Gobernador de México, ordenará la plantación de viñedos en tierras colonizadas, extendiéndose
 su plantación hasta el Virreinato del Perú. 
Pero la alegría duró hasta 1595 en el Nuevo Mundo, ya que por temor a que las nuevas tierras fueran auto suficientes el reino de España prohibió el cultivo de la vid sin licencia.
Los jesuitas estaban exentos de tener que pedir estas licencias por lo que las vides pudieron seguir extendiéndose haciendo llegar las primeras viñas a Argentina en 1556. En el Virreinato del Perú se llegaren a establecer tres zonas vitivinicultoras, llegando a ser tal la producción que se empleaba el sobrante para la fabricación de aguardientes, naciendo así el pisco.
La plantación de la vid en América del Norte también vino de mano de los Jesuitas, en 1697 en una misión dirigida por Juan de Ugarte se plantaron viñas para poder celebrar la Eucaristía. Estas misiones han dejado su legado llegando hasta nuestros días, como el valle de Guadalupe que hoy en día es una extensa zona de viñedos.
En 1765 Benjamin Franklin decide utilizar la obra el Almanaque del pobre Richard para promover el cultivo de uva autóctona, lo que hizo aumentar el cultivo de la uva en el Nuevo Mundo. Un amigo de Benjamin Franklin un año antes estableció que tan solo se bebiera vino cultivado en las colonias haciendo prevalecer esta regla hasta la revolución.
El tercer presidente de Estado Unidos, Thomas Jefferson intento promover el cultivo de la vida tras volver de Francia. Junto con él John Adlum en York, publica libros y hace estudios sobre las distintas variedades de vino en América, siendo considerado el padre de la viticultura americana.
Agoston Haraszthy es considerado el padre la moderna viticultura en California por sus actividades entre 1850 y 1860 y acabó fundando el Buena Vista winery. En 1842 Nicholas Longworth IV realiza el primer vino espumoso de América, tras haber plantado la variedad Catawba.
Sin embargo, Benjamin Rush demuestra que el vino produce modificaciones psicologicas y fisiológicas, por lo que deja de considerarse como parte de la vida sana beber vino, haciendo proliferar los movimientos antialcohólicos como el American Temperance Movement (ATM) o las Anti-Saloon Leagues (Ligas Antibares) acabando todo ello en la enmienda XVIII de la constitución, más conocida como la Ley Seca.


Época Moderna 
El vino Ribeiro es el vino que más famoso llega a hacerse, siendo uno de los más deseados incluso fuera de España, como en Inglaterra. En 1555 se elaboran las Ordenanzas de Ribadavia, las cuales son consideradas como el documento más antiguo de Denominación de Origen de España. Los vinos de Ribadavia y Ourense llegan a ser tan importantes que varios escritores de la época los mencionan. Este apogeo de este vino, duraría hasta el siglo XVIII, cuando los vinos de Oporto empiezan a quitar mercado a los de Ribadavia.
También son conocidos otros vinos como los de Cebreros, San Martín de Valdeilgesias y otros. En esta époco los vinos ya empiezan a ser más durareros, y no se estropeaban tan fácilmente. El Marques de Murrieta por su parte, planta los primeros viñedos en La Rioja, dando lugar así al primer vino fino de la zona.


En el siglo XVIII surge una nueva figura, que duraría hasta 1960. Esta figura es el “guardaviñas”, que se encargaba de vigilar los viñedos y de que el ganado no pastara en ellos.
En 1855 se elabora, por orden de Napoleón III, la Clasificación Oficial del Vino de Burdeos, para clasificar los vinos de la zona que iban a enseñarse a todo el mundo. Unos años más tarde, el emperador francés, pide al científico Louis Pasteur, que estudiase las razones por las que el vino de Burdeos se estropeaba tan fácil. El científico descubrió las levaduras que estaban presentes en los procesos de fermentación del vino. Fue el primero en determinar el papel del oxígeno en la elaboración del vino. Estos descubrimientos permiten que se mejoren los procesos de fermentación del vino.

Innovaciones y nuevos vinos en la Época Moderna
Continuando con la historia del vino en la Época Moderna, hemos de mencionar dos importantes innovaciones que se llevaron a cabo en esta época. Destaca la Época Moderna, por sus grandes avances en el sector del vino, tanto desde el punto de vista del cultivo, como de su elaboración. Comienzan a surgir Denominaciones de Origen, y los vinos adquieren gran calidad.

La botella de vidrio es la primera de las grandes innovaciones. Se hacen botellas más resistentes, que soportan el transporte del vino en largas distancias, gracias a la mejora de la composición del vidrio. En un comienzo estas botellas tenían forma redonda, ya que su elaboración era más sencilla, pero hacia el año 1720, se empiezan a elaborar botellas más alargadas. Además, empiezan a elaborarse vinos espumosos, por lo que es necesario que la botella sea capaz de resistir la presión del CO2, que se genera a partir de la fermentación en botella de estos vinos.

Derivado del uso de la botella, surge la segunda gran innovación, el tapón. Normalmente las botellas se tapaban con cera o yeso, hasta que alguien descubrió el corcho. De esta manera empieza a extenderse el uso de tapones de corcho, que aísla totalmente el vino del oxígeno.
Como ya hemos mencionado, en esta época, hace su aparición el vino espumoso. La resistencia de las botellas, y la aparición de los tapones de corcho, permiten la elaboración de estos vinos. De esta manera, en la región de Champaña-Ardenas, un monje elabora un vino espumoso, al que llamó Champagne.
En España, hace su aparición el cava, hacia el año 1872, en Sant Sadurní d’Anoya. Un vino espumoso elaborado con uvas blancas autóctonas del Penedés.
A partir del año 1900, los vinos españoles comienzan a ganar fama, y ganan premios en Francia. De esta forma, en 1932, se dan los primeros nombres a 19 zonas geográficas, las cuales continúan a día de hoy con el mismo nombre. Cabe destacar Ribeiro, Rioja y Jerez.


La plaga de la Filoxera
En la segunda mitad del s. XIX la plaga de la filoxera exportada de Norteamérica asoló los viñedos de Europa, creando una profunda crisis en el sector vinícola. La solución vino también del nuevo mundo, injertando la viña europea en el pie de una americana se lograba una viña resistente a la plaga, que mantenía sus propiedades originales. Hoy, prácticamente todas las viñas europeas están injertadas sobre 'pies' americanos.
Junto con las plagas, las dos guerras mundiales representaron otro obstáculo para el crecimiento de la viticultura en Europa, que ya no podía abastecer el mercado mundial como antes. El impacto de la Guerra en el vino tiene un caso evidente en el del Tokay húngaro. De ser un vino demandado para ser servido en casas reales pasó a ser olvidado en el baúl de la historia.

El Nuevo Mundo
El origen del vino en el Nuevo Mundo comenzó la mayoría de las veces de la mano de enólogos y viticultores que emigraron a otros continentes. Hoy en día, los vinos del nuevo mundo (América, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda) han mejorado su calidad, conquistado mercados internacionales y compiten con los vinos europeos de mayor reputación. Algunas de estas zonas han explotado de forma considerable el turismo alrededor del vino, con rutas que invitan al viajero.




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